martes, 27 de noviembre de 2012

Lys Green: La vida en blanco

"Vienes mucho por aquí últimamente, ¿no?"

No era una pregunta, era una afirmación.

En ese momento me hizo gracia, y el comentario dio pie a una amena charla con los camareros. Eran cerca de las tres de la mañana de un día entre semana, y el local estaba casi vacío. Mi acompañante se había tenido que ir precipitadamente porque al encender el móvil se encontró con un montón de llamadas y mensajes de su familia, que debía de haberse pasado toda la noche buscándolo. Sonreí al pensar que era la primera vez que salía sola del local, y sin embargo me sentía lo bastante cómoda allí como para no salir intentando pasar desapercibida. Hasta me permití parar en la barra a pedir un vaso de agua y charlar un rato con los camareros... Solo durante una fracción de segundo me sentí algo rara, sobre todo porque había entrado acompañada y parecería raro que saliera sola.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Lys Green: Resumiendo...

 

-          ¿Qué te pasa? ¿Por qué tienes ese careto?

 

          Lys deja el bolso, se quita la chaqueta y termina de acomodarse en su sitio, delante del ordenador, mientras se lo cuenta a su compañera del trabajo.


-          - Pues vengo de intentar donar sangre, ¿vale? Siempre he querido hacerlo pero como pesaba menos de 50 kilos nunca había podido, y como hace tanta falta, pues me he dicho “el lado positivo de haber engordado es que ahora puedo ayudar a salvar vidas con mi sangre, a donar tocan”… Así que me planto en el autobús de la Cruz Roja, relleno el exhaustivo cuestionario, me dan las invitaciones para el CosmoCaixa, que me vienen que ni pintadas para los críos, y cuando me toca pasar con el médico, que estaba de muerte…

domingo, 25 de noviembre de 2012

Betty Red: Ero[tea]ka. Microrrelato

- ¿Me dejas conocerte?

- Te dejo que me hagas una pregunta.
Solo una.
Mi respuesta será la verdad y lo más completa posible.
Piénsala bien.

- La tengo.

- [...]

- ¿Té o café?



martes, 20 de noviembre de 2012

Betty Red: Noche de sirenas



          "Cariño, acaban de llamar tus padres para saber si vamos a verlos mañana. Ya les he dicho que este fin de semana es el que nos reservamos para nosotros y que no iremos, ¿vale?" – gritó Sara desde el vestidor.


-          "¡Gracias, cielo! ¡Eres un amor, jajajaja!"


Mientras terminaba de depilarse en el baño, Siro sonrió para sí mismo. Menuda mujer tenía. Tenía las cosas muy claras. Se querían, y en ella encontraba todo lo que deseaba en una mujer: además de sus muchas virtudes, era buena compañera, amiga, amante, inteligente, sexy, divertida… y sobre todo, cómplice. ¿Qué más se podía pedir? Él también intentaba estar a la altura, se sentía afortunado a su lado y ni se imaginaba vivir sin ella.


domingo, 18 de noviembre de 2012

Lys Green: Novatos, decididos y... nerviosos

[Refundido de El mundo amarillo de P]

Especialmente dedicado a aquellas parejas "novatas" que por fin se atreven a dar el paso pero no caben en sí de puro nervio...


MARTES **************

- ¡Hola, mi niña!

- ¡Qué tal, guapísima!

- Oye, una preguntita, ¿al final cuándo quedamos en que venías a mi casa?

- Llego este viernes, ¿me venís a recoger a la estación?

- [… ] Este viernes… ¿Este viernes???? Vaya…

- ¿Qué pasa?

- No, nada, nada… Que sí, claro que te recogemos y luego nos vamos por ahí a tomar algo. Es solo que no recordaba que el sábado por la tarde teníamos otros planes y me sabe mal dejarte sola y… bueno… que si pudieras quedar con tus amigos para ese día y quedarte a dormir allí, nos vendría mejor y así no te quedas sola… [pero tampoco puedo invitarte a que vengas con nosotros…]

viernes, 9 de noviembre de 2012

Lys Green: Tomando conciencia



Aquellos días con los niños, acampados junto al lago, habían sido especialmente agradables. En un extremo había una pequeña calita donde se alquilaban canoas y patines de agua. Había conseguido convencer al hombre de que le alquilara dos canoas durante la semana completa, dejándole el reloj en prenda y pagándole por adelantado, para poder usarlas a su antojo. Las llevaron hasta la calita junto a la que habían aparcado el coche entre los árboles, y discretamente las usaron para trasladar todos sus enseres y comida hasta una pequeña playa de arena oculta tras unas rocas, completamente inaccesible desde tierra y solo visible desde un extremo del lago. Esperaba poder pasar unos días allí antes de que nadie detectara su presencia continuada en ese lugar, ya que se trataba de un espacio protegido y seguramente estaba prohibido acampar.


jueves, 8 de noviembre de 2012

Betty Red: La oscura pasión de la noche de Samaín (IV)


Reina el caos en la bruma. El amanecer está próximo y las almas errantes se sienten perecer entre los dos mundos. Ansiosas y desquiciadas, se dejan arrastrar por pasiones otrora humanas o se sumergen en la desesperación ante la inminencia de su ocaso. Sus cuerpos perecederos y volátiles se confunden con los de este mundo mundano y mortal, y de la confusión emanan desgarradores gritos, guturales gemidos y desesperados lamentos.

"¡Policía! ¡¡¡¡Policía!!!!"


lunes, 5 de noviembre de 2012

Betty Red: La oscura pasión de la noche de Samaín (III)

Betty, heredera de la maldición de Lusignac, descendiente de las rusalkas lacustres, no es del todo sabedora de los peligros que para ella supondría el contacto con las ánimas errantes, pero en su subconsciente la prudencia la lleva a evitar de manera especial la luz diurna tras las noches húmedas y neblinosas que ocasionalmente siguen a la luna azul y a los solsticios, a Valpurgis y a Samaín. Debería temer la metamorfosis que supondría el abandono de la existencia humana para ella y la perdición para sus seres queridos. Ahora, solo su condición de infértil la diferencia de las hembras nacidas humanas y mortales, y el vínculo establecido con Lys la hace deudora de ella. Lo que más teme en esta humana existencia es convertirla en víctima de una ingrata traición. Por eso conjura la maldición de esos amaneceres habitando la oscuridad, y respira y precisa del éter nocturno para su particular quimiosíntesis vital.



Betty Red: La oscura pasión de la noche de Samaín (II)

Son las horas de Samaín, las más peligrosas del año, esas horas en las que se abren las puertas del otro mundo y las ánimas visitan este mundo y a sus moradores para rendir cuentas pendientes o maldecirles... El amanecer las devuelve a su purgatorio... Pero algunas, confusas visitantes ocasionales del lugar en que el transcurrir en suspenso de las horas fusiona la tiniebla y la luz brumosa de los días otoñales, no encuentran su camino de retorno. Extasiadas y seducidas por ese oasis que permite la fusión de la vida pecadora y de penate, ni siquiera lo buscan...

"No se puede cerrar, no tiene pestillo..."
"Coloca la mesita contra la puerta, así no entrará nadie... Así. Y ahora...", le susurró al oído mientras le quitaba las copas de las manos y las dejaba sobre la mesita, "... dame los pañuelos que llevas en el bolso, siéntate en la cama y cierra los ojos."

Betty Red: La oscura pasión de la noche de Samaín (I)

La espesa bruma nocturna no deja ver la calle desde la ventana. Es el decorado perfecto para estos días que son el negativo de la fiesta de San Juan, pues en ellos lo que se celebra no es la luz sino las tinieblas y se recuerda a los muertos. Es la festividad celta de Samaín, que llena de calaveras y tenues luces nocturnas la noche de los difuntos.

Vaya, otra vez están apagadas las farolas... Mañana habrá que avisar al ayuntamiento. Cada vez que cambian al horario de verano o de invierno nos pasamos varias noches sin alumbrado público. En estas callejuelas sinuosas y oscuras, habitualmente jalonadas de ladridos que asoman desde las cancelas de las casas y felinos maullidos que se ocultan sigilosos bajo los coches, cualquier sombra, movimiento o ruido supone un sobresalto. Me siento especialmente somnolienta hoy. Me desconcierta la sensación de que la noche anterior parece haberse fusionado con la de hoy sin dejar paso a la luz diurna. Suspiro y miro el reloj de pared.