No era una pregunta, era una afirmación.
En ese momento me hizo gracia, y el comentario dio pie a una amena charla con los camareros. Eran cerca de las tres de la mañana de un día entre semana, y el local estaba casi vacío. Mi acompañante se había tenido que ir precipitadamente porque al encender el móvil se encontró con un montón de llamadas y mensajes de su familia, que debía de haberse pasado toda la noche buscándolo. Sonreí al pensar que era la primera vez que salía sola del local, y sin embargo me sentía lo bastante cómoda allí como para no salir intentando pasar desapercibida. Hasta me permití parar en la barra a pedir un vaso de agua y charlar un rato con los camareros... Solo durante una fracción de segundo me sentí algo rara, sobre todo porque había entrado acompañada y parecería raro que saliera sola.
En ese momento me hizo gracia, y el comentario dio pie a una amena charla con los camareros. Eran cerca de las tres de la mañana de un día entre semana, y el local estaba casi vacío. Mi acompañante se había tenido que ir precipitadamente porque al encender el móvil se encontró con un montón de llamadas y mensajes de su familia, que debía de haberse pasado toda la noche buscándolo. Sonreí al pensar que era la primera vez que salía sola del local, y sin embargo me sentía lo bastante cómoda allí como para no salir intentando pasar desapercibida. Hasta me permití parar en la barra a pedir un vaso de agua y charlar un rato con los camareros... Solo durante una fracción de segundo me sentí algo rara, sobre todo porque había entrado acompañada y parecería raro que saliera sola.