domingo, 3 de febrero de 2013

El lado oscuro

"¿Qué somos? Quiero decir... nosotros dos, ¿qué somos?"
 "Somos... colegas"
Ella le mira y le dedica una sonrisa apesadumbrada, de resignación. Le quiere. No sabe desde cuándo, pero lo sabe con certeza. De lo que no está segura es de lo que él siente por ella, si el sentimiento es mutuo, si puede abrirle su corazón y reconocer que está irremisiblemente enamorada de su mirada traviesa, de su sonrisa, de cada uno de sus cabellos rubios, de cada caricia electrizante y de cada cariñoso mensaje inesperado en su móvil. Su corazón, recién remendado y parcheado, está aún convaleciente y se obliga a concederle tiempo a esa relación en ciernes... Es demasiado pronto aún. También él necesita aclarar sus ideas. En el contexto en que se conocieron, el choque de intenciones es inevitable. Se pregunta: "¿Qué queremos? ¿Qué esperamos el uno del otro? ¿Caeremos en el convencionalismo de las etiquetas y seguiremos los protocolos establecidos para este mundo que se presupone de libres mentes y por ende libres cuerpos?"

Recuerda retazos de conversaciones en el chat.
"En este mundo no cabe el amor..."
"Soy liberal porque disfruto compartiendo las fantasías del otro y viéndole disfrutar..."
"El problema es que se enamoró..."
"Eso son liberales de paso..."
"No sé si soy liberal., solo sé que me falta algo..."
"¿Solo buscas sexo ocasional o de verdad sientes que eres un espíritu libre?"
"Chaval, si solo buscas sexo, este no es tu sitio..."
"Esto no tiene nada que ver con el sexo..."
"Es una filosofía de vida..."
"Yo me siento liberal, pero mi pareja no lo entendería nunca..."
"Tengo pareja fuera, pero no sabe nada de esto... La quiero por encima de todo..."
"Si eres single, ¿cómo puedes ser liberal? Entre singles, esto se convierte en un foro de contactos..."
"¿Llevas mucho en el lado oscuro?"

Mmmmm... ¿lado oscuro?

Reconoce en las reticencias de él sus propias dudas.

"Lo que no me gusta de esto es que haya un lado oscuro."
"Bueno, es que yo no lo llamaría oscuro; para mí ha sido luminoso, me ha ayudado a salir del pozo y me ha permitido conocerme mejor y replantearme mi escala de valores... No es oscuro en absoluto."
"¿Y la doble vida? Me refiero a tener que moverse dentro de este tremendo ocultismo y secretismo."
"Doble vida... será para quien tenga algo que ocultar, o quien realmente tenga una relación fuera de este mundo a quien le esconda esta actividad."
"No, no es eso... incluso para nosotros... Difícilmente nadie entendería esto sin juzgarte... Está mal visto, y la gente simplifica mucho: para ellos todo se reduce al sexo."
"¿Al sexo? Para mí, el sexo solo es una parte... Pero sí, está claro: la más visible, la más llamativa, la más problemática. Pero no todo es sexo, hay personas completas aquí, con su mente, con sus ideas, con sus circunstancias... Son mucho más que sexo. Solo tienes que ver cuánta gente entra solo por curiosidad y se queda virtualmente, sin llegar a quedar nunca con nadie siquiera..."
"En parte es así... pero, sigo sin saber a qué atenerme... cómo se vive esto en pareja. Si sería capaz de compartirte con otro..."
"¿Compartirme? Ja, ja, ja... No se trata de eso... Ni siquiera es una cuestión de fidelidad o infidelidad. Mi corazón siempre te será fiel, y no haría nada que perjudicara nuestra relación... Eso tenlo por seguro. Pero la libertad que tenemos de hablar de todo y dar rienda suelta a nuestra imaginación... ¡eso no nos los quitará nadie! Lo que hagamos, lo haremos juntos y sabiendo exactamente lo que quiere el otro."


Ella se había prometido a sí misma que se daría tiempo, que no volvería a cometer el error de enamorarse sin haberse embarcado antes en ese viaje que, tras su reciente fracaso sentimental, había descubierto que era fundamental para ella. La expedición astral que le permitiría elevarse y alejarse de su existencia corpórea para mirar con otra perspectiva a sí misma y a su entorno. Y lo que descubrió, fue toda una revolución en comparación con la estática representación teatral en la que había llegado a convertirse su vida. ¿Lado oscuro? La verdaderamente oscura era su vida anterior. Eyes wide shut. Ahora tenía los ojos bien abiertos. Eyes wide open. Es cierto que la cuestión le había preocupado al principio, pero por fin tenía las ideas claras. No estaba haciendo nada que le pareciera censurable; no perjudicaba a nadie; no era infeliz, sino todo lo contrario; y estaba dentro de los límites acotados por sus criterios morales... Si estuviera haciendo algo que no pudiera aceptar, sencillamente no lo haría. Es cierto que pertenece al ámbito de la privacidad, como tus inclinaciones sexuales o tus preferencias amatorias, pero no es algo de lo que avergonzarse o que ocultaría a ultranza a sus mejores amigos.

Un día los acontecimientos se precipitaron, y ella supo que él también la quería, que significaba para él más de lo que creían ambos hasta ese momento. También comprobó que su corazón estaba listo para embarcarse en esa nueva aventura. Su viaje sola por el lado oculto pero lleno de luz había llegado a uno de sus destinos. No lo rechazaba, pero ya no tenía esa necesidad acuciante de refugiarse en él, porque ahora su acomodo estaba en los brazos de él, en sus besos, en sus miradas cómplices. En su aceptación serena. Se sentía valorada y querida, y nada de lo que hubiera pasado en ese tiempo quebrantaría los sentimientos del uno hacia el otro. Pero ella seguía pensando que había tras aquella puerta que dejaban entreabierta algo positivo que enriquecería su relación, si ambos querían. Simplemente, estaba ahí, y podrían abrirla y entrar cuando quisieran. Sin prisas, sin presión, sin pasos vacilantes o inciertos.

"No sé... creo que no valgo para esto. No es lo mío."
"Tranquilo... Solo dejémenos llevar, y apostemos por lo nuestro, sin interferencias... "Esto" es solo una experiencia vivida o por vivir. Una anécdota. Déjate llevar..." Quiso decirle que podrían vivirlo juntos, pero... ¿era necesario decirlo? Piel contra piel, se abandonó a la calidez de su abrazo y el pensamiento se desvaneció.

"Y ahora, ¿qué somos?"
"¿Necesitas ponerle etiquetas?"
"No... necesito decidir si dejo esto por ti o por un sueño. Saber qué sientes tú..."´
"¿Aún no lo sabes? Hay cosas que no necesitan decirse, que se saben, que se demuestran con cada gesto. Decirlas no las hace más ciertas."
"Hay cosas que necesitan oírse..."
"Pues pregúntame eso..."
"¿Me quieres?"
"Te quiero..."



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