domingo, 17 de marzo de 2013

Parsimonia

Cuando tú no estás aquí, piel con piel, el tiempo parece estar a punto de detenerse en el reloj.

Busco en el frasco hermético de mi corazón recuerdos encapsulados que impulsen las manecillas: el roce de tu olor contra mis labios, la sonrisa del mar en tu mirada, la caricia de tu voz en la gélida noche, el abrazo de tu calor bajo las mantas, la humedad salada de tu piel, jadeos entrelazados en blues y perfume de té moruno envolviendo nuestra pasión... Ellos son el impulso de mis latidos desnudos contra tu pecho. Cierra los ojos. ¿Los sientes?

Salgo de mi ensimismamiento y descubro a las perezosas agujas del reloj avergonzadas por su parsimonia...

Suspiro.

Ya queda menos.